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¿Sabías que las mujeres que salen a trabajar dedican el doble de horas que los varones a cuidar y a las tareas de la casa? ¿Y que 1 de cada 100 mujeres dejaría su empleo para cuidar a las personas mayores de su familia mientras que 1 de cada 10 hombres lo haría? Estos son solo algunos de los datos que la campaña de comunicación pública “No se nace, se hace”, impulsada por el Sistema de Cuidados, puso sobre la mesa durante el mes de abril.

Esta campaña Invita a que nos cuestionemos quiénes asumen la tarea de cuidar en nuestras familias y comunidades y, de esta forma, desnaturalizar la idea de que cuidar es solo cosa de mujeres. Su objetivo es impulsar un cambio cultural que nos permita
compartir los cuidados de una forma más igualitaria.

Con frases cotidianas, que todos hemos escuchado o dicho en algún momento de nuestras vidas y que muchas veces concebimos como positivas pero que en su construcción tienen incorporado el concepto de que solo las mujeres son responsables de cuidar a quienes lo necesitan, y datos de estudios académicos realizados en Uruguay y América Latina; la campaña da cuenta de las desigualdades que existen. Esta contraposición entre las expresiones que tenemos naturalizadas y los datos de la realidad evidencia la necesidad de generar un cambio cultural que nos permita dejar de ver natural lo que no es. No se nace para cuidar, se hace, de ahí el nombre de la campaña.

En la web www.nosenacesehace.uy podés consultar las frases y datos que integran la campaña, así como conocer los servicios que ofrece el Sistema de Cuidados.

¿Qué es la corresponsabilidad de género?

Uno de los ejes de trabajo del Sistema de Cuidados es el de promover un cambio cultural por la corresponsabilidad de género pero ¿a qué se refiere este término? Corresponsabilidad es compartir las tareas de cuidados entre varones y mujeres. Siendo corresponsables para cuidar, deconstruimos los roles tradicionales de género. De esta forma, los varones y mujeres participan en la misma medida en el trabajo no remunerado y tienen las mismas oportunidades para desarrollar su vida personal, familiar y laboral. Además, los cuidados compartidos favorecen el desarrollo integral de niñas y niños.

La corresponsabilidad apela también a transformar la conformación misma de las identidades de género en dos sentidos. Por un lado, apunta a la deconstrucción de estereotipos, mandatos sociales, mitos y creencias en torno a capacidades, espacios o
roles de cada género. Por otro, busca hacer visible cómo esas construcciones generan desigualdades entre mujeres y varones. Implica, en definitiva, quebrar la división sexual del trabajo.

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