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Más de 300 asistentes, incluyendo a líderes del sector y proveedores de todo el mundo participaron en el XXVI Congreso Latinoamericano de Puertos, que se realizó en Punta del Este. Exposiciones sobre la situación del negocio naviero, portuario, las nuevas tecnologías y formas de gestionar mejor los procesos, fueron lo destacado del encuentro, además de la red de contactos que se dan habitualmente en estos eventos, a lo que se suma la entretenida agenda social.
Cómo generar más eficiencia en los procesos, ir más allá de Smart Ports, a la “carga inteligente” con mercadería que lleve un chip dentro del contenedor con toda la información, pensar desde los puertos en agregar valor a la carga a través de tecnología, scanners, big data o la construcción de centros logísticos inteligentes, fueron los conceptos repetidos. Entre otras cosas, se vienen puertos facilitadores del comercio, muy enfocados y fidelizando a los clientes. Se dijo que los puertos deben salir de la zona de confort y ser competitivos a partir de aportar a la estructura de costos del cliente y a las economías regionales, y no pensando sólo en bajar las tarifas.
Al abrir el encuentro, Kurt Nagle, presidente y CEO de la AAPA, destacó que más allá de las tendencias en el ámbito naviero y portuario -como ser las alianzas de las líneas de contenedores, que van por las terminales o las consecuencias de la ampliación del Canal de Panamá-, se están dando cambios a nivel político que también llevan a potenciales nuevos conflictos que impactarán en la actividad portuaria. En ese sentido, destacó que las herramientas que ofrece la AAPA, desde los cursos de capacitación de gestión hasta la red de contactos y los trabajos en los comités específicos con diversas iniciativas, permiten enfrentar estos nuevos tiempos de incertidumbre en la industria.
Víctor Rossi, Ministro de Transporte y Obras Públicas de Uruguay, abrió el encuentro y presentó el plan maestro 2018/2035 para el sistema portuario de ese país, donde se privilegia el cuidado del medio ambiente, la conectividad y el acceso, tanto con el proyecto del Ferrocarril Central como la circulación de camiones, así como del lado náutico, apuntando a un canal de acceso de 14 mts al 2030. También se vienen desarrollos de infraestructura como muelle para forestales, pesca, espacio logístico, puerto seco en Rivera, nuevo ámbito para reparaciones navales, equipamiento, etc. Además se apunta a seguir trabajando en alternativas para el puerto de aguas profundas y avanzar en la digitalización de los procesos. Además, señaló que a 25 años de la Ley de Puertos, totalmente exitosa, hay que perfeccionar el sistema buscando nuevas oportunidades para consolidar a Uruguay como nodo logístico en la región.
Respecto a la cuestión de globalización frente al proteccionismo, lema del encuentro, el presidente de la Administración Nacional de Puertos de Uruguay, Alberto Díaz Acosta, señaló que siempre está la tentación de enfrentar la apertura con restricciones, el proteccionismo repercute en los puertos, en esquemas como la reserva de carga y en la protección al cabotaje y señaló que el sector público debe actuar para impedir acciones monopólicas, manteniendo el equilibrio. “Los puertos dependen de la política portuaria, que debe apuntar a beneficiar el interés general, que no siempre va de la mano de los intereses del sector privado y la realidad es que éste busca que haya menos jugadores en un mercado creciente. Esta tendencia al monopolio se defiende regulando bien las actividades. Pero no hay una respuesta única. En general, desde el sector privado se piensa que cuando menos regulación tengamos va a ser mejor, pero todo debe darse en su justo equilibro”, señaló.
Para el especialista de Naciones Unidas, Ricardo Sánchez, la globalización es parte del capitalismo. El propio presidente de China habla de seguir las señales del mercado y no de que el capitalismo debería dejar de existir, por eso en realidad no existe una controversia entre globalización y proteccionismo; “sí estamos en medio de un cambio político económico trascendente de cara al futuro. No hay una amenaza a la economía global sino un cambio de parte del poder hacia Oriente. Ante la mejora del poder de consumo de la clase media en Oriente, existe una oportunidad para América Latina”, explicó.
Dio los números sobre la expansión de las grandes navieras, en 10 años pasaron del 54 al 64% del mercado; así también ha sido el aumento de la participación de las navieras en terminales portuarias frente a lo que son operadores puros. “Hoy el gran desafío es defender la competencia que es amenazada por la concentración. La integración vertical de terminales especializadas absorbidas por compañías navieras es un proceso extremadamente preocupante y requiere de una acción urgente, porque tiene que ver con una amenaza al futuro de los puertos”, dijo. Esto pega en el sector ya que hoy los ciclos de vida de inversión son más cortos; así se debe avanzar en calidad laboral, en la relación con la ciudad – que viene mejorando en los últimos años- la automatización o semi automatización. “El dueño de la carga no está presente en estas discusiones y es un error, porque todo lo que se quiere avanzar en la logística es para mejorar las condiciones de la carga”, advirtió Sánchez. También se dijo que hay que avanzar en acuerdos de libre comercio, un mejor acceso a India, dado que en un futuro próximo tendrá más consumidores que China. Con los grandes buques nuevos con 400 mts de eslora y 58 de ancho, ¿hay que seguir invirtiendo en grúas con 23 líneas de alcance o buscar innovación y trabajar con lo que hoy existe y así mejorar la vida del cargador y del consumidor final de los productos?
Frente a este avance de las grandes navieras y cierto temor a que la concentración vaya precisamente en contra de la logística en toda la cadena, el director para la Costa Este de Sudamérica de Maersk, Antonio Domínguez, destacó que las acciones de la compañía van en favor del sistema. “Maersk tiene la valentía del líder, porque desde la posición de la línea más grande del mundo en contenedores que mantiene desde mediados de los ´90, es una compañía que no para de reinventarse”, dijo. Momento clave para la compañía fue cuando decide hace poco tiempo dividir al grupo en transporte y logística y en energía, dando un mensaje claro a la industria de su compromiso con el comercio mundial y trabajando con este objetivo apuntando a nuevas soluciones. “Hay que tener en cuenta que en épocas donde los niveles de comercio no son buenos, las navieras ayudan y por ejemplo permiten llevar a destino carga en pequeños volúmenes a nuevos mercados”, dijo. Agregó que los países de la Costa Este de Sudamérica aportan mucho al crecimiento de la economía mundial. Manifestó que “si bien en 2016 el comercio cayó, el movimiento de contenedores se mantuvo al mismo nivel”. Señaló además que la economía global depende de las navieras; tiró unos números: unas 10 millones de toneladas en buques o 90.000 unidades operando, 10 mil llamadas semanales a los puertos en todo el mundo, cinco líneas top tienen 58% de la flota total.
Domínguez señala que Maersk ve el largo plazo muy positivo y especialmente en la Costa Este de Sudamérica donde hay mucho por hacer, por ejemplo, en el dragado de acceso a los puertos.
El año próximo será la ciudad chilena de Valparaíso, “la Joya del Pacífico” la que se prepare para recibir a la 107ª Convención Anual de la AAPA, el evento continental de la Asociación que reúne a los miembros de la comunidad portuaria del hemisferio, desde Alaska hasta Tierra del Fuego y que por primera vez, se llevará a cabo en América del Sur.
Fuente: AAPA/ANP