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Cooperativas y Economía Social, construyendo integración
El viernes 29 y el sábado 30 de setiembre se realizó en las ciudades de Gualeguaychú de Argentina y Fray Bentos de Uruguay, el Encuentro en zonas de frontera: Cooperativas y Economía Social, construyendo integración.
Esta actividad se desarrolló en el marco de la Reunión Especializada de Cooperativismo del Mercosur (RECM).
Participaron integrantes de diversas cooperativistas y emprendimientos de la economía social de Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay, quienes intercambiaron experiencias y establecieron lazos para el desarrollo de futuras acciones conjuntas.
En esta instancia ocurrió también el Encuentro de Cooperativismo y Agricultura Familiar, organizado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la Reunión Especializada de Agricultura Familiar (REAF), la RECM y Cooperativas de las Américas.
Durante el encuentro, Gustavo Bernini, presidente del Instituto Nacional del Cooperativismo (INACOOP), destacó los adelantos legislativos que Uruguay tiene en relación al cooperativismo, con la aprobación en 2008 de la Ley General de Cooperativas, la creación del Instituto y la creación de la Ley del Fondo para el Desarrollo, todos avances que son una referencia para la región.
Bernini, valoró positivamente la voluntad que existe en toda la región por generar intercooperación. Ejemplo de esto es el trabajo desarrollado por la cooperativa CAVA del Departamento de Canelones, la cual tiene acuerdos comerciales con la cooperativa Garibaldi del sur de Brasil.
De este modo, contar con instancias de intercambio como la desarrollada, son oportunidades para reflexionar sobre aspectos conceptuales y prácticos de la integración, y poder concretar experiencias asociativas.
Como parte de las actividades de este evento, se desarrolló además, el Encuentro Nacional de Mesas Intercooperativas, donde las distintas modalidades analizaron desafíos y oportunidades del movimiento cooperativo.
En el cierre de estas jornadas, autoridades de la Confederación Uruguaya de Entidades Cooperativas (CUDECOOP) y de INACOOP realizaron un reconocimiento al departamento de Río Negro como Capital Nacional del Cooperativismo en 2017.
El evento estuvo organizado por INACOOP, INAES, CUDECOOP, COOPERAR y CONINAGRO.
Durante el Encuentro, el Ministro de Trabajo y Seguridad Social, Ernesto Murro, hizo llegar sus valoraciones, condensadas en las siguientes palabras:
El desarrollo histórico de las formas cooperativas y la innovación permanente en multiplicidad de nuevas formas jurídicas y organizativas de la Economía Social, son herramientas comprobadas de inclusión y cohesión social, y en períodos de crisis han permitido mantener y generar empleo y trabajo digno en forma significativa.
Este rol fue reconocido por la Recomendación 193 de OIT, que está cumpliendo 15 años desde su aprobación y que consagra su promoción, en el desarrollo de los países y búsqueda de la cohesión social. Cabe resaltar el planteo de la Recomendación cuando señala que “una sociedad equilibrada precisa la existencia de sectores públicos y privados fuertes y de un fuerte sector cooperativo, mutualista y otras organizaciones sociales y no gubernamentales”.
Para nuestro país, esta Recomendación es mucho más que un enunciado de buenas intenciones. Sus lineamientos se han traducido en la sanción de la Ley General de Cooperativas, en la creación del INACOOP, y en las políticas públicas que se definen e instrumentan.
El año 2008 fue clave para el avance de la institucionalidad del cooperativismo. El camino recorrido desde ese momento muestra el avance cuantitativo de las cooperativas, pasando de 1117 cooperativas censadas a 3492 entidades.
Sabemos que en las zonas de frontera, las cooperativas y las empresas de la economía social existen en los sectores más diversos: vivienda, transporte, servicios sociales, educación, producción, salud y que tienen por lo tanto un rol fundamental en la creación de capital social y humano, en la creación de empleo sustentable, en el mantenimiento y renovación de las economías locales, la modernización de modelos de gestión local y un futuro desarrollo más armónico de sus zonas de influencia para acompasarlo con el de las zonas más favorecidas por la integración y el crecimiento económico.
Reconocemos el potencial del cooperativismo y la Economía Social, para llevar adelante experiencias piloto de desarrollo en zonas fronterizas, que contemplando las realidades locales se puedan tomar en cuenta para el proceso general de integración de nuestros países.
Y este potencial nos desafía a pensar el territorio desde otro enfoque y al Estado en general y a las autoridades locales en particular, como socios estratégicos de las empresas cooperativas y de la Economía Social, que por su naturaleza y fines pueden impulsar proyectos conjuntos.
El intercambio a lo largo de las dos jornadas seguramente dejará insumos para seguir profundizando la integración del movimiento cooperativo y la Economía Social en la región.