Todo niño, niña o adolescente tiene derecho a que se le brinde
información sobre los procedimientos de atención a su salud, en términos
adecuados a su edad y a la evolución de sus facultades. En todos los
casos, tendrán derecho a ser oídos y a obtener respuestas a sus
interrogantes y sus opiniones deberán ser debidamente tenidas en cuenta en
función de su edad y madurez.
Corresponde al profesional de la salud actuante la valoración del grado de
madurez y de capacidad natural del niño, niña o adolescente, considerando
el tipo de procedimiento de atención a su salud de que se trate. Deberá
tenerse en cuenta la competencia del niño, niña o adolescente para
comprender la situación planteada, los valores en juego, las posibles
opciones y sus consecuencias previsibles.