Los frutos en el momento de la expedición, después de su acondicionamiento
y embalaje, deberán presentar las características típicas de la variedad,
debiendo ser:
a) Enteros, sin coloraciones anormales, para cada variedad, sin
principio de deshidratación o descomposición, marchitez o demasiada
madurez.
b) Sanos, bajo reserva de las disposiciones particulares admitidas para
cada categoría;
c) Limpios, sin residuos visibles de tratamientos o tierra;
d) Desprovistos de olor y sabor extraños;
e) Desprovistos de humedad exterior anormal;
f) Desprovistos de malformaciones o acanaladuras de origen genético,
virósico, carencial o de cualquier otro tipo.