Las cajas empleadas para el transporte de pescado deberán estar hechas
de material liso, no absorbente y resistente a la corrosión, que no tenga
raiaduras ni hendiduras y deberán estar construidas de tal forma que
permitan el drenaje y protejan al pescado de daños por aplastamiento
cuando las cajas sean apiladas. Deberán contar con la aprobación del
Instituto Nacional de Pesca.