Para ser actuario o actuario adjunto se requiere ser abogado o
escribano, y tener veinticinco años de edad.
Serán designados por la Suprema Corte de Justicia en consideración al
mérito y la antigüedad.
Si estos nombramientos recayeren en profesionales que no desempeñaren
cargos técnicos en la Administración de Justicia, deberán rendir una
prueba de suficiencia que reglamentará la Suprema Corte de Justicia.