Todo médico tiene el deber de:
a) Guardar y respetar la intimidad del cuerpo y de las emociones del
paciente cuando es interrogado, examinado o tratado.
b) Facilitar que el paciente logre el diálogo a solas con sus seres
queridos.
c) Exigir en todos los actos médicos el respeto al pudor y la
intimidad del paciente por parte del equipo de salud.
d) Procurar que el paciente reciba el apoyo emocional necesario y
facilitarle el acceso a la ayuda espiritual o religiosa que este
requiera.