Es éticamente inadmisible que el médico:
a) Reciba una retribución de cualquier índole, por concepto de
solicitar a terceros consultas, exámenes, porque terceros prescriban o
utilicen medicamentos, aparatos, o por enviar a su paciente a un lugar
de tratamiento o que participe en dicotomía de honorarios.
b) Soborne o entregue un provecho indebido a cualquier persona, sea
quien fuere, en el ejercicio de su profesión.
c) En ejercicio de un mandato electivo o de una función
administrativa, haga valer su posición en beneficio propio.
d) Se derive pacientes a sí mismo, de manera directa o indirecta,
generando para sí un nuevo acto médico o cualquier otro tipo de
beneficio que lo involucre en forma personal, institucional o
empresarial y que no esté justificado por la autonomía del paciente y
en el mayor beneficio de este.
e) No utilice todos los medios aceptados por la comunidad médica para
beneficio de sus pacientes por privilegiar beneficios personales.